Hoy, 5 de junio del 2010, en el Día Mundial del Medio ambiente, dos hechos de dimensiones diferentes y tan distantes nos obligan a las siguientes reflexiones, sobre:
- El derrame del petróleo en el Golfo de México considerado el más catastrófico de todos los tiempos a causa de la acción economicista del hombre, y
- El derrame de lágrimas de una madre por la muerte de su menor hija aplastada por un muro en su modesto hogar.
Los derrames de petróleo
Los dos hechos se relacionan con el medio ambiente y la calidad de vida. El primero, el ambiente, afectado por el descontrol y la descomunal negligencia en los procedimientos para la extracción del petróleo provocando la explosión de la plataforma de la British Petroleum. Y el segundo caso, una infeliz consecuencia de la pobreza. No fue, en el primer caso, el descalabro de un barco petrolero como lo fueron el del Prestige en la Costa Norte de Galicia, España, que afectó también el norte de Portugal y las Landas de Francia; el de Erika (1999) en las costas de Bretaña y Francia; el del Exxon Valdez (1989) en las costas de Alaska y Estados Unidos, u otros muchos accidentes en los diferentes mares del mundo: el Polycommander (1970), el Erkowit (1973), el Urquiola (1976), el Andros Patria (1978), el Cason (1987) y el Mar Egeo (1992). De acuerdo con Greenpeace y el movimiento ecologista Nunca Máis el riesgo continúa, ya que más de 13.000 barcos con mercancías peligrosas circundan los mares sin contar los que circulan por los grandes ríos. Las manchas negras también se expanden en la hoya amazónica afectando la biología de ríos y lagos (la del Lago Agrio en el Ecuador), o los daños irreparables que afectan a las familias Mapuches en la provincia de Neuquén, Argentina.
En la selva peruana la extracción del petróleo produce filtraciones y vertimientos de metales pesados que terminan en los ríos y sus afluentes. Desde el 2006 en el río Corrientes, Alto Amazonas, los impactos son negativos en los ecosistemas que han afectado a más de 8 000 personas de los pueblos nativos Quichua, Urarina y Achuar. La esperanza de vida de estas poblaciones se ha reducido implacablemente. Son frecuentes los casos de intoxicación en la sangre, huesos, sistema nervioso y otros órganos por la ingesta de una fauna ictiológica también afectada. En estos casos el impacto ambiental y la calidad de vida de las poblaciones nativas son asuntos no prioritarios en la carrera desmedida de la inversión en la Amazonía. No sólo es el petróleo sino también la depredación de los bosques. Esto, realmente, es peligroso para el futuro de la biodiversidad y su conservación.
Derrames lacrimosos de una madre
¿Qué tiene que ver el tema de los derrames de hidrocarburos con las angustias desesperadas de una madre migrante por la muerte inesperada de su menor hija? La verdad es que hay muchos migrantes de la costa, la sierra y la selva buscando un espacio en la capital. Una comunidad de shipibos, konibos y shetebos tratan de sobrevivir en el asentamiento de Cantagallo, en las márgenes del río Rímac.
En la selva, muchos mueren a causa de los ríos contaminados no sólo por los derrames sino también por los desechos de la producción narcotraficante. Pero, ¿puede ser justo que muchas familias migren a las ciudades corriendo los riesgos que produce una ciudad atestada de familias con escasa o nula calidad de vida? Una niña ha muerto aplastada por un muro y muchos niños ha muerto carbonizados por tener viviendas de esteras, cartones y plásticos. En todos estos casos se derraman muchas lágrimas pero muy poco, o casi nada sistematizado, se hace por el desarrollo de las áreas rurales, los pueblos provincianos y las ciudades del interior. Muy poco se hace para controlar su medio ambiente. Cuando llegan a Lima, se unen a muchas familias expectantes por asentarse y están, inevitablemente, a la pesquisa de las oportunidades para invadir propiedades ajenas o campos eriazos y en muchos casos engañados por los traficantes de terrenos tanto como por los políticos que tratan de ganar votantes en las elecciones. No hay más que revisar los nombres de los asentamientos humanos (antes: barriadas y/o pueblos jóvenes) ¿Qué calidad de vida puede haber en todas estas familias que han irrumpido en una ciudad no planificada? Ya empezaron las manifestaciones masivas para lograr los servicios básicos como, por ejemplo, el agua. Más tarde, lo harán por otros servicios. Las condiciones actuales ya no son las mismas comparadas con las épocas en que se conformaron los llamados conos norte y sur. Cada vez es más difícil lograr los indicadores de la calidad de vida.
La calidad de vida se define como “el grado en que una sociedad posibilita la satisfacción de las necesidades de sus habitantes, siendo múltiples y complejas” (Beltramín, 2003). ¿Qué calidad puede haber tenido esa pobre madre que perdió a su hija aplastada por un muro? ¿Cuál es el indicador que falló?
Hay una definición que queremos resaltar respecto a la calidad ambiental urbana: “Las condiciones óptimas que rigen el comportamiento del espacio habitable en términos de confort asociados a lo ecológico, biológico, económico productivo, socio cultural, tecnológico y estético en sus dimensiones espaciales. La calidad ambiental urbana es por extensión, producto de la interacción de estas variables para la conformación del hábitat saludable, capaz de satisfacer los requerimientos básicos de sustentabilidad de la vida humana individual y en interacción social dentro del medio urbano” (Luengo,1998). ¿Podemos aspirar que la calidad ambiental y de vida pueda llegar, en algún momento, a los cinturones de miseria en constante expansión anárquica? Nuestra respuesta es no.
Conclusiones
- Las estadísticas son frías y crueles y mucho más lo son las consecuencias de hechos descuidados por la atención oficial. Los derrames de hidrocarburos, así como los desechos del narcotráfico o la extracción del oro con el azoque, en la minería informal y afectando la biodiversidad de la selva, inciden dramáticamente en las poblaciones sin la calidad de vida necesarias para su desarrollo. Por el contrario, producen una supervivencia altamente riesgosa. Por tanto, las instancias de Gobierno deben actuar sin demora y con mayor eficacia hasta erradicar el problema. Y, en previsión para futuras obras, es necesario el mayor rigor en los estudios de impacto ambiental con la participación de observadores ecologistas, también rigurosos, sólo comprometidos con el ambiente sano y la protección de la biodiversidad en un marco de desarrollo sustentable.
- Es necesario detener la migración desarrollando agresivamente a los pueblos del interior ofertando, a sus habitantes, oportunidades de formación, laborales y de seguridad que les permita vivir con las justas expectativas de la calidad de vida y del ambiente sano.
- Entonces, está demostrado que la migración espontánea, anárquica y sin la planificación correspondiente es un riesgo social tan grave como lo sería un desastre natural y muy frecuente en nuestra realidad, por cuya causa también se migra. Antes lo fue el terrorismo, ahora lo son las justas aspiraciones por un horizonte mejor y de calidad en el vivir.
- Por todas estas consideraciones adversas para el ambiente y la calidad de vida poblacional y su latente problemática, cuya solución debe tener prioridad, propusimos un proyecto alternativo contra los riesgos naturales y sociales con la adopción comunitaria a cargo de las universidades y como parte de su responsabilidad social (ver: http://numrl.com/18666. Esta propuesta es apenas una alternativa de otras tantas que deben surgir por la naturaleza crítica del problema.